Lluvias y alaridos
Charles Bukowski-
Ya no queda tiempo para una salida plausible.
Las cosas que pudieron ser han sido fueros.
Lluvia y alaridos:
Está lloviendo la lluvia
remolinos de ideas coronadas.
Almas inmortales en primigenias cataratas
mal-llueven sollozando su impotencia en el sudario.
Persistencia fúnebre de la mojadura sangrante.
Vendaval y fosco torbellino.
Trapecios de poemas en el viento,
inofensivos y tristes,
regatean el Juicio Final.
Llanto de información
en la trastienda. Lluvia ácida.
Diluviana lluvia presente,
presuntuosa de retóricas,
que falsifica un desembarco,
rompe un pacto entre las ruinas,
como un oráculo de Delfos,
desconociéndose a sí misma
en su certitud huidiza.
Saetas desconsoladas de francotiradores
que temen siempre al más valiente,
perforan hoyos
con licencia para matar
venas de agua.
¿Quién nos estará guardando una esperanza en
lágrimas?
¿Qué inapropiado testigo nos redimirá,
oh lluvia redundante,
de la espada en lidia; del artilugio en la pócima
del gladiolo achicharrado por la iliquidez
que ulcera corazones?
Astillas de aguaceros en bautismos al sol.
Contrastes abisales a bocajarro
de un paciente estropajo
enfurecido.
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